Trey Parker y Matt Stone, los creadores de South Park, son los últimos en la lista de los islamistas radicales [1]. «Muslim Revolution» se hacen llamar esta vez los feroces cancerberos del rostro que nadie puede ver y, por consiguiente, nadie puede atreverse a dibujar.
La lista macabra que conforman hombres libres para quienes los dioses, como las pizzas, se eligen de una carta o se desechan en busca de platos más convincentes. Theo Van Gogh [2], degollado, o Lars Vilk [3], amenazado, son otros dos nombres. Por citar apenas dupla. El de un cadáver y el de un hombre libre obligado a cuidarse del fanatismo islamista. Son muchos más.
He invitado a tres caricaturistas cubanos a pensar a ese dios irrepresentable. A ese cuyos devotos ―unos pocos, en verdad― responden con «Revolution» que quiere matar cuando a alguien se le ocurre ponerle cara. Ese dios escurridizo, ese hombre invisible.
Somos muchos los cubanos a quienes, «a dios gracias», nos gusta la libertad. (Aunque a veces no lo parezca [4].)
Gracias a los tres por su generosidad con El Tono de la Voz [5].
Omar Santana [6]:
Guamá [8]:
Garrincha [10]: