Oh, sí, ya sé que hoy podría escribir largo sobre el presidio político cubano en ocasión de la concesión de una «licencia extrapenal» a Ariel Sigler Amaya. La primera que resulta de las negociaciones [1] entre el gobierno de Cuba y la Iglesia cubana.
El primer preso excarcelado que sale a la calle tras negociación entre cubanos, evento, lo reitero, que saludo [2].
Sí, podría escribir medio millar de palabras, o millar o dos.
Pero las fotografías del antes y después del paso de este hombre por las prisiones cubanas lo hace innecesario.
Arriba, a la izquierda y enmarcado, el rostro del cubano que los Castro se llevaron a la cárcel hace siete años. A la derecha, lo que salió hoy de allí. ¿De veras es necesario afanarse en redactarle pie a esta foto?
O a esta de sus piernas:
De contra:
Ah, y detalle a tener en cuenta: Ariel Sigler Amaya fue a parar a la cárcel por el único delito de disentir de la idea que los hermanos Castro tienen de Cuba: ni más ni menos.
Léase la sentencia. Léasela a la vista de estas imágenes [6].
Más fotos en Uncommon Sense [7]; el vídeo de la llegada de Sigler a su casa ―así de humildes son las casas que habitan estos «mercenarios»― aquí [8].