La visita de Michelle Obama a España está animando algo la siempre sosa televisión estival.
El tema me interesa poco, por no decir nada, pero naturalmente me cuesta sustraerme a algunas perlas salidas de sus bocas. No de la de Michelle, que hasta ahora es muda como los peces.
Hoy visitó el Sacromonte en Granada. Un sitio al que llevar turistas para que vean el peor flamenco que se enseña en este mundo después del que se ve en Barcelona ―monumento, el espectáculo que no la ciudad, a la vulgaridad. Supongo, claro, que para la First Lady ―que vaya usted a saber cómo se pronuncia eso en andaluz― se habrán esforzado. (Guardo, por cierto, un buen recuerdo de hace unos diez años allí en el Sacromonte, cuando acudí a llevar a no recuerdo quién y me quedé en la puerta hablando con los gitanos que vendían hachís a los turistas: me liaron un porro de veras memorable aquellos tipos con más gracia que la divina.)
Pero a las perlas, con gracia… Hoy una de las gitanas que entretuvieron a Michelle Obama ha dejado testimonio de divertida confusión con el apellido presidencial.
Véase:
Mojama por Obama, pues. Para quien viva fuera de España y desconozca la palabra, mojama es la cecina, o carne seca, de atún. Tan seca que hay una locución popular que la evoca: «estar más tieso que la mojama», cuyo significado es estar sin blanca, sin dinero. Sin un quilo, que dirían en Cuba.
Visto el ostentoso despliegue de las vacaciones de la señora de Obama en su breve paso por España, no parece ser el caso de la primera familia de América ni de la España que se gasta millones en la seguridad de la señora, hija y amigos. Norteamericanos y españoles, ¿cómo no?, continuaremos pagando impuestos con celo para evitar que la jugosa ventresca vacacional de nuestros próceres se les convierta alguna vez en mojama.
Lo haremos por gusto o por obligación o por bulerías. Pero lo haremos.
De contra:
Ah, oye, y la historia esa de los 800 millones que valdría la visita si los pagáramos en publicidad… No digo que sí ni que no, pero trabájese más con la calculadora como hizo Malaprensa [1].