Ai Weiwei vuelve a los ochentaytantos días que permaneció detenido en las cárceles chinas [1]. El insoportable peso de la vigilancia, las fantasías oníricas del preso, su relación con sus carceleros…
Véanlo hasta el final: es espléndida esta incursión de Weiwei en el video musical.
Update:
Paralelamente, Playboy publica hoy una magnífica entrevista al artista [2] chino.