Médicos cubanos exiliados ante el terremoto en Haití
Jorge Ferrer - 20/01/10Categoría: Invitados | Etiquetas: Invitados

Estos días las cámaras nos traen la desolación de los haitianos y el paisaje del desastre en ese país.
También los esfuerzos de rescatistas y médicos que intentan ayudar a una población desesperada y hambrienta. Sobre el terreno y desde las sedes de muchas organizaciones no gubernamentales se preguntan si acudir ya a Haití o esperar a que los dispositivos militares y policiales pongan orden en el país. Entretanto, la situación empeora.
Por eso me impresionó la iniciativa de Ana Zilma Miranda, una doctora cubana residente en la República Dominicana, quien organizó una pequeña expedición a Haití por su cuenta y riesgo.
Ana Zilma ha tenido la gentileza de escribir esta breve crónica de su viaje para los lectores de El Tono de la Voz, gesto que le agradezco.
Pequeño texto para demasiadas emociones
Por Ana Zilma Miranda
La decisión fue repentina; cosas así no hay tiempo de pensarlas. Al otro lado de la frontera Haití se hundía en su más absoluta miseria. No contaba en ese momento con medios, ni siquiera con la estructura necesaria para el desplazamiento hacia Puerto Príncipe. Sólo podía unirme a alguno de los grupos que salían desde Santo Domingo. Después de llamar a muchas instituciones, ONGs y embajadas, encontré la solución en la Cámara de Comercio Dominico Haitiana. A través de ellos podría conseguir traslado y me sugirieron crear una brigada de médicos. Apenas contaba con ocho horas para preparar todo el equipo. Saldríamos a las 9:00 AM desde la sede de la Defensa Civil.
No era sencillo convencer a cualquier persona para sumarse al grupo: las condiciones en la región y la premura de la convocatoria no me ayudaban. No obstante, pude reunir a dos médicos más: Ernesto García, cubano, e Ingrid Camargo, colombiana. En calidad de paramédico nos asistiría Mauricio Torres, esposo de Ingrid y colombiano también. Viajaríamos por vía terrestre hasta la frontera dominico-haitiana en un convoy con unos 20 bomberos dominicanos, Aldeas infantiles SOS y un grupo de rescatistas españoles o Topos. Bajo nuestra custodia llevábamos dos camiones y un furgón repletos de ayuda humanitaria recogida gracias a las donaciones hechas por dominicanos.
Salimos finalmente a las dos de la tarde y al llegar a la fortaleza militar de Jimaní nos encontramos los primeros anuncios del caos imperante en la región. La MINUSTAH (Misión de Naciones Unidas para la estabilización en Haití) no ofrecía protección y los asaltos a los convoyes ya estaban a la orden del día. El responsable del grupo de rescatistas españoles me comunica que ese día habían matado a tres cooperantes y que ellos habían decidido no entrar a Haití con todo el equipo: solamente irían los más entrenados.
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Tenía que tomar la decisión correcta, no sólo por mí que soy madre y dejaba en casa a mi hija esperando mi regreso, sino porque era la responsable del grupo que me acompañaba. No voy a negar que por largos minutos titubee, pero el apoyo que recibimos de Rafael Hernández, un haitiano-canadiense, y su expresión de máxima angustia fue el detonador para seguir adelante. Esa noche dormimos en el suelo de un hotel en Jimaní, esperando la apertura del puesto fronterizo.
Finalmente salimos, aunque en grupo reducido, los médicos, algunos bomberos y los camiones. Nuestra zona de trabajo era la comunidad Saint Marie en Canape Vert donde nos esperaban miles de damnificados que sólo contaban con la ayuda de una enfermera y unas pocas medicinas. En el camino pudimos comprobar que Puerto Príncipe había sido reducido a escombros y que las pocas edificaciones que quedaban en pie estaban maltrechas e infinitamente inseguras. Cientos y cientos de personas se congregaban en los espacios abiertos por el temor a las réplicas que aún continuaban repitiéndose y tratando igualmente de apartarse del hedor de los cuerpos en descomposición, algo que les resultaba prácticamente imposible.
Llegamos extenuados después de un viaje tan accidentado y de inmediato improvisamos un área de cuidados médicos. No puedo recordar a cuántas personas asistimos, tanto niños como ancianos. Las heridas abiertas, la infección esperada luego de tres días de no haber recibido atención. El hambre, la desesperación de la gente por no poder rescatar los cuerpos de sus muertos, la escasez de agua y la vida que se paralizó totalmente en un país que de por sí ya estaba parcialmente paralizado, era el panorama reinante. No veíamos labores de rescate y las tropas norteamericanas concentraban sus efectivos en la custodia del aeropuerto ―el cual decidieron manejar a su antojo― y de su propia embajada. Muchos de los cooperantes internacionales decidieron retirarse por la falta de garantías para su seguridad.
Brindamos todo nuestro esfuerzo, en la medida en que pudimos, pero dejamos atrás un país desolado y con muy pocas posibilidades de recuperación. A cambio nos llevamos miles de sonrisas y un insistente Merci, Merci, Merci.
” Sobre el terreno y desde las sedes de muchas organizaciones no gubernamentales se preguntan si acudir ya a Haití o esperar a que los dispositivos militares y policiales pongan orden en el país. ” Eres Imbécil o “desentendido”, o las dos cosas a la vez. Todavía no te has enterado de que los gringos tienen ocupado el país militarmente hace rato. Desde el aeropuerto hasta el Palacio de Gobierno.
de pinga, brother.
Muy emotivo el relato de Ana Zilma. La felicito por lo que hizo.
Solo un detalle. El aeropuerto esta en manos de militares estadounidenses para que el aeropuerto pueda funcionar. Su poca capacidad no facilita la entrada masiva de ayuda humanitaria. Dentro de aquel caos, al menos el aeropuerto esta funcionando lo mejor que sus condiciones permiten… gracias a esa militarizacion. A ellos tambien los felicito por el trabajo que estan haciendo.
La desgracia de los haitianos cojida para el trajín del sin gao debate ideológico. Desde el título de médicos “exiliados” para calificar la humanitaria decisión de Ana Zilma (vaya que no lleva Y griega) hasta la propia incomprensión de la médica cubana para la enorme responsabilidad que se echó encima EEUU al hacer operativo el aeropuerto.
No fue la ideología quién me movió Andy, fue mi decisón personal, lo que me apena es que creas en “la enorme responsabilidad que se echó encima EEUU”. Nadie tiene derecho a apropiarse de una situación….de la pobreza haitiana tienen responsabilidad tanto ellos como Francia y otros muchos estados. Por lo que debía ser la custodia compartida….el texto es muy breve y no valía la pena entrar en detalles que no me atañen…pero debías enterarte un poquito de la situación real, de los aviones que sobrevuelan por más de dos horas y son rechazados por no tener EEUU la gentileza de darles el espacio, o como los efectivos militares se concentran en la emnajada propia y no en el control de la ciudad…por favor no hay que tener una Y en el nombre para mirar más allá de la nariz…vamos hombre que creo que eres tú quién idelogiza con un acto supremamente sencillo…el de la visión personal disminuida por los grandes medios de difusión masiva.
Ana, me parece que lo que escriben las personas que no conocen de lo que es la solidaridad es para tapar su vasta ignorancia y humanismo, imagino que alguno de estos que escriben están en otros paises viviendo la dulce vida, por supuesto salieron de nuestra Cuba, y se les olvidó lo que se pasa allá, o vivían muy bien en Cuba, pero estando del lado de acá todo lo critican ya que no tienen los “pantalones bien puestos para hacer eso que has hecho. Nunca me gustó la medicina, pero en estos momentos, si tuviera las condiciones, estaría en Haití. De mi parte te doy las gracias.
Ana comienzas tu respuesta tergiversando. Hablé de humanitaria decisión. La ideología es lo que te apena. Tu custodia compartida podría haber costado tres días claves con el aeropuerto inoperante. Ha pasado más de una semana y la coordinación perfecta no se establece. Tu visión es tan personal como la mía y las de los que te hacen coro. Todas las visiones son personales. Simplemente creo que es la hora de colaborar desinteresadamente desde todo punto de vista, incluído el interés ideológico que existe desgraciadamente con demasiada fuerza. Por lo demás me faltó felicitarte por tu hacer. Médico y cerca de la tragedia consideraste tu deber brindar ayuda. Termino con una cita del apóstol “El deber ha de cumplirse sencilla y NATURALMENTE”
Bravo por ellos y por Garrincha que siempre trae el salero.
Muchos están haciendo “vedettismo” con la situación de Haití.Muchos quieren salir en la estampita,algo que va con la condición humana, pero si el resultado es más ayuda se puede pasar por alto.
El desgobierno haitiano dio a los EEUU los controles del aeropuerto.Imaginemos que haya sido a la fuerza… el despecho y gritería serían aún mayores entre las rutilantes estrellas.
Ayer vi en un reportaje de Reuters a latinoamericanos destacados en Port au Prince como personal de tropas de la ONU empujando y hasta golpeando a haitianos desesperados (normal,hay que controlar la situación ante el caos).Imaginemos una vez más que estos soldados hayan sido estadounidenses…
Dice Zilma Miranda que “nadie tiene derecho a apropiarse de una situación”,pero no matiza que fue a petición del gobierno de la isla,un gobierno fatal,como todos los que ha tenido Haití hasta ahora,pero reconocido como el único y legítimo.
Mi respeto a Ana Zilma por lo que hace,pero seamos más realistas y comprendamos que tanto la infraestructura haitiana como el terremoto que le dio el tiro de gracia son los grandes causantes de la tragedia.
Lo de los aviones, que sencillamente no pueden aterrizar cuando debían hacerlo en el aeropuerto de una sola vía, ya ha sido comprendido hasta por los franceses,y la palabra “vedette” es francesa.
Oigan, lo primero que se hace en un desastre como ese es implementar ley marcial , para eso hace falta un ejercito, algo que no se porque no hay en HAITI. Bueno, pues de momento el que pudo llegar fue el de E.U. . Ahora le tocaria a la ONU sustituirlo por uno multinacional, en el que participara el de Venezuela, que tantas ganas tiene
Caballeros, de la única forma que Ana Vilma puede salir de Cuba es si ella piensa de esa manera, que por suerte eso no la invalida de ser buen médico, que en estos momentos es lo mas importante. Con el tiempo ella se dará cuenta, como ha pasado con muchos, me incluyo en ese grupo, que las cosas no son como se la han pintado desde que nació.
Lo mas importante es darle información, que sepan como son las cosas, quizás realmente ella pensó en aquel momento que las tropas de EU eran mercenarias, para eso ha sido programada desde pequeña, lo mas importante ahora es reprogramarla con la información y con la verdad. Suerte Ana.
Espero que la comunidad internacional actue en Favor del pueblo haitiano y que las tropas yanquis abandonen el pais
La mayor ayuda que ha tenido, no solo Haiti, sino cualquier otro pais en desgracia, a venido de nosotros en Estados Unidos, si no organizamos el aeropuerto para que pueda entrar y salir el volumen de trafico aereo que sobrevolo Haiti en esa epoca, mas garantizar la seguridad, aquello seria un desastre, todavia estamos asistiendo con material y personal, de manera gubernamental y privada, sin contar el buque hospital que solo moverlo cuesta millones de dollares y nadie ve eso, Ana Zilma todavia tiene que desintoxicarse un poco de la propaganda antiyanki de Castro y latinoamericanos resentidos por su propia inoperancia y corrupcion. Gracias Ana Zilma por tu ayuda, gente como tu es la que hace falta y la que sobra aqui en mi pais Estados Unidos
Los aviones son rechazados por falta de seguridad en el aterrizaje, por inutilidad de su cargamento, que muchas veces, se reduce a vedettismo, como dijo alguien por ahi, por desorganizacion en el vuelo y crear situaciones de peligro en el espacio aereo, la situacion es mas complicada que la politica, el ejercito no hace politica ni le interesa, pero eso yo se que es dificil de entender detras de algunas fronteras