IKEA, Bruno y la mano de obra cubana
Jorge Ferrer - 09/05/12Categoría: Agua corriente

Así me encontré hoy a Bruno al volver a casa:
—¡Bruno! —grité—. ¿Qué haces con esas bolsas de IKEA?
—Me fui a comprar unos detallitos para la perrera nueva. Sabes que estoy a punto de echarme novia, ¿no? —Y añadió, socarrón—: Lana, la peluíta esa de la esquina.
—Pero ¿cómo vas a ir a IKEA, alma de Dios? ¿Tú no sabes que utilizaron a presos cubanos para hacer unas mesas y unos sofás? Lo publicaron hace unos días y hay tremendo buzz con eso.
—¡¿Cubanos fabricando muebles para IKEA?! —saltó Bruno meneando como loco el ridículo apéndice que cierra su espinazo sin llegar a merecer el nombre de cola—. ¡Esa es una noticia estupenda! ¡Eso hay que celebrarlo ahora mismo!
—Explícate, cánido, nene, porque no le veo la gracia.
—A ver, amo. IKEA es una de las empresas más prósperas del mundo y encarna como pocas la idea de la globalización exitosa. Y nuestra Cuba —Bruno, como Marco Rubio, no ha visto a Cuba en su vida, pero igual que aquel cada vez que pronuncia el topónimo lo hace con lacrimosa firmeza— tiene una oportunidad de oro de subirse a esa estela. ¿No lo ves? Saber que hubo cubanos produciendo esos muebles que se venden en el mundo entero y son un símbolo de calidad sitúa a la clase trabajadora cubana en un lugar de privilegio. ¡Nos lloverán las inversiones en cuanto se vayan los Castro! ¡Todo el mundo querrá dar trabajo a esa mano de obra cualificada que ya cuenta con la bendición de IKEA! ¡Obreros de excelencia! ¡Es tremendo, de verdad! Huelo ese próspero futuro y ya sabes que mi olfato nunca falla.
—A ver, Bruno, hay una cosa, espera…
—¡La Silicon Island, amo! ¡Cuántas veces no te he dicho que seremos una Silicon Island!
—A ver, Bruno, ejem, lo cierto es que cuando IKEA recibió los muebles fabricados en Cuba, ejem, los desechó…
—No puede ser…
—Sí, por lo visto dijeron que eran una mierda, vaya…
Gruñó, se rascó un flanco con rabia. Olisqueó una de las bolsas.
—Entonces, todo sigue igual, ¿no? —preguntó con aire derrotado.
—Sí, bueno, esa es una forma de verlo que hasta ahora nunca ha fallado.
—¿Te importa que Lana se quede a dormir mañana? Se cumple una semana desde que nos olisqueamos por primera vez y no sé, va y…
—Ta’bien, dale, pero no quiero bulla.
Parece que Saladrigas llego tarde a esa fiesta…
Nuevo lema electoral de El Hussein: No voy a dejar que la mitad de pueblo que paga los impuestos vaya a molestar a la otra mitad de el pueblo que no paga impuestos.
Ferrer — Ikea aparte –, creo que cuando “algunos” se den cuenta que has comparado al bueno de Bruno con Marcos Rubio… se va a formar un titingó como para alquilar balcones.
Se han enterado muy tarde de esto. Hace como 10 años los presos fabrican muebles para IKEA.
Buen chico este Bruno.
Me cae de lo más bien.
Mis respetos y saludos para él.
…y suerte con “Lana”!! 🙂
Y porque hay tremendo buzz con eso?No es comun en muchos paises que los presos trabajen como parte de su proceso de readaptacion?
Bruno, tienes que pedir un aumento de salario, trabajas 24 horas al día, solo te dan 15 minutos para ir al baño, realizas como tres oficios al mismo tiempo, el de vigilante, consejero, terapeuta y para colmo tienes que sacar a tu familia a pasear. Mira, además del aumento pide una habitación para ti y Lana, en caso que te quieran botar les recuerdas que tienes derechos.
Nota: no aprietes mucho, en el capitalismo tienes libertad pero te cortan los cojones en un 2*3.