Primera transición…

- 16/08/10
Categoría: Estío, Poscomunismo, Transición
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En 1920, Rafael Martínez Ortiz publicó en París dos gruesos volúmenes que contienen testimonio vívido y exhaustivo de los primeros años republicanos: Cuba. Los primeros años de independencia. La segunda edición, que es la que poseo, salió de las prensas de la Imprimerie Artistique «Lux» -131, Boulevard Saint-Michel-, en 1921. Por entonces, Ortiz se desempeñaba como Ministro de Cuba en Francia, peldaño de una carrera diplomática al servicio de la República que lo quiso presente en el Salón de los Espejos de Versalles durante la firma del Tratado de Trianon y en múltiples reuniones de la Liga de las Naciones.

La crónica que hace Martínez Ortiz de los primeros años republicanos, es decir, de la instauración democrática en una Cuba que acababa de liberarse de la sujeción colonial, es lectura muy recomendable hoy. Como pertinente es la escena que cuenta Martínez Ortiz del primer encuentro entre Rafael Montoro y Estrada Palma, donde el recién nombrado presidente le asegura al antiguo autonomista: ¡Cuba será la Suiza de América! Y Montoro señala a la calle y pregunta: ¿Y dónde están los suizos?”

No se trata de establecer tercos paralelos, pero sí de encontrarse a cubanos que hace un siglo intentaron enderezar un país por la senda de la prosperidad y la norma democrática, bajo el escrutinio y la intervención de los EE.UU. y España. De las mañas que se dan para dilapidar la confianza ciudadana y la monumental ayuda que les llega desde Washington. De la facilidad con que se tuerce el rumbo del 20 de mayo. Del cómo basta un cuarto de siglo para que se comience a hablar de la necesidad de una refundación republicana. Para que se pavimente el camino hacia una cadena de dictaduras.

En vísperas de una transición, que está por ver cómo viene, vale la pena repasar esas dos transiciones que vivimos en el XX. De colonia a república; de república a dictadura comunista. En eso ando. Y sin motivo para el entusiasmo.

El caso del preterido Máximo Gómez que acabó muriendo debido a la infección que le provocaron las llagas que resultaron de los numerosos apretones de manos que recibió a lo largo de toda la isla me convence de que este futuro próximo hay que abordarlo con guantes. Como toda autopsia.

Esta nota fue publicada en ETDLV el 16/07/2007. Reaparece ahora con motivo de un cambio de ritmo estival.

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(Breve) recuperación de la insularidad…

- 12/08/10
Categoría: Estío, Retazos
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Estaré ausente unos días. Los pocos que caben en lo que hace años vengo llamando las «primeras vacaciones». Ya saben, cosa de tostar las piernas y aliviar otros tuestes.

Como que parece voy ganando en sabiduría, o perdiendo la oportunidad de ganar la que nunca tuve, llevo un par de libros que ya he leído. Descansar, digo yo, es reposar sobre la cama en la que antes ya se durmió y se amó. Se sueña mejor entre esas sábanas ya húmedas. Y eso vale también para las lecturas.

Quedan en su casa, pues. Gocen de ella. Y cuídenla. Es muy poco probable que yo asome la jeta por aquí mientras esté gozando de la condición insular. No obstante, habrá actualizaciones que dejaré programadas esta noche visto que, como suponía, rescatar viejos posts no era elección del todo desacertada.

Por último, si algún lector anda por el nordeste de esa isla, y le apetece, bastará que avise y nos tomamos algo por allá.

Hasta ahorita, pues.

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Castro I: Cuatro años de sobrevida

- 11/08/10
Categoría: Estío, Memoria, Transición
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El hombre que mira a la cámara es Fidel Castro. Lo que parecen ignorar sus ojos en busca de la lente es montañita de dólares. La foto fue tomada durante su viaje a los EE.UU. en octubre de 1955. Fue tomada -agradeceré el dato preciso- en alguno de los numerosos actos animados por Juan Manuel Márquez para recaudar fondos de la emigración cubana que financiaran la lucha contra Batista y la restauración de las libertades en Cuba. Al menos, tal era el discurso.

El mensaje que llevaron y resonó en Palm Garden, Nueva York, o el teatro Flagler, en Miami, tenía sabor de cónclave sionista: ¡Batista no finaliza 1956 como presidente! Un magnífico documental de Ricardo Vega –el primero de los tantos que ha hecho en el exilio- concluye con el discurso del teatro Flagler, aquel donde prometía que, triunfante la revolución, jamás volvería un cubano a querer exiliarse en Miami.

Con lo del Batista depuesto antes del lechón de la Nochebuena del 56 se equivocaban los feriantes del Movimiento 26/7. Al muchacho sentado tras la montañita de dólares del exilio le faltaba hacerse a la mar, llegar a la tierra prometida y ganar la condición de profeta. Tardó tres años en hacerlo.

Desde entonces, ese abogado cubano nacido en Birán ha dirigido los destinos de Cuba como yo gestiono mis libreros. Pleno dominio, tiránico orden, purgas periódicas, regalos decididos al albur de cualquier pasión inopinada…

Fidel Castro cumple hoy 81 años cumplirá 84 años en un par de días. Es un año Son cuatro años más de los muchos que quisimos que no cumpliera. Pero es el peor de todos ellos, porque es el año son cuatro años de una sobrevida que le han regalado la historia y la medicina. Una historia que tampoco quisimos y que nos colocó en un nuevo escenario del que también hoy es cumpleaños. El primero cuarto.

En casi medio siglo de gobierno, Castro hizo de Cuba cárcel y parque temático, símbolo de equívoca significación y objeto museable.

Y durante años millones de cubanos soñamos la Cuba sin Fidel Castro como quien imagina reino librado de ogro. Imaginamos resplandeciente arco iris y bullicio de duendes felices saliendo de bajo las piedras. Nos movíamos en los brillantes predios de la literatura infantil.

Ahora nos hemos topado, como el más pusilánime o desmañado de los novelistas, con personaje que se adueña del libro en extenuante e inesperado postfacio.

La atroz epopeya de Castro I se nos continúa en una secuela con Castro II por la que pululan personajes secundarios aupados al índice onomástico con mañas de ganar dos y tres líneas. Un libro nuevo que nos sorprende con su lengua extranjera. Uno, donde transición no es palabra aceptada. Uno, donde la voz marabú es espinoso eufemismo de las palabras fin y desastre.

Y todos, lectores ávidos o renuentes, esperamos ahora a ver si ese muchacho ante puñado de dólares cierra, ya cadáver y viajando en catafalco, una de esas páginas de la historia que dan para miles de notas a pie de página. Las mismas notas al pie de las que Walter Benjamín decía que son equiparables a los billetes ocultos en las medias de las prostitutas.

Una espera sin infantil esperanza. Una espera que, desvanecidas ya las esperanzas en un rápido cambio, vuelve a colorearse con tintes de desespero.

Este post apareció publicado en ETDLV el 13/08/2007 con el título “Un año de sobrevida”. Reaparece ahora con motivo del cambio de ritmo estival. Bueno, y con motivo de ver que lo escrito entonces vale tres años después como si escrito hoy. Mal rayo nos parta.

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