El último click
Jorge Ferrer - 16/12/09Categoría: Uncategorized | Etiquetas: En El Nuevo Herald, Letra impresa

El último click
By JORGE FERRER
Hace algo más de dos meses un joven de origen cubano fue asesinado en un colegio de Coral Gables. Un suceso luctuoso que sirvió para poner en evidencia la extraordinaria y menospreciada porosidad de la frontera que separa a Miami de La Habana.
La madre de la víctima, Anaís Cruz, una doctora que ejercía su profesión en un barrio popular de La Habana, acudió al entierro de su hijo. Como es habitual, durante los días previos en Miami se preguntaban si la dejarían viajar y se denunció el veto del Ministerio de Salud pública cubano a expedir autorizaciones de salida a los médicos.
Pocas horas después de su arribo a la llamada capital del exilio, la dolida madre compareció ante la prensa. Como era evidente, su viaje nada tenía que ver con el exilio ni con las preguntas acerca de su relación con la “frontera” o la situación en Cuba.
Con todo, en sus declaraciones afloró la palabra “cambio”, tan propia del discurso político del exilio. También se habló de educación, uno de los estiletes que la dictadura de La Habana utiliza para vocear las bondades “revolucionarias”. Y, sin embargo, en ambos casos las notas tomaron una dirección muy distinta a la habitual y, para algunos, sorprendente. “El cambio que pretendemos que se produzca es aumentar la seguridad (en los colegios del condado)… Tiene que haber algún modo de que esto no siga ocurriendo en las escuelas de este país (Estados Unidos)”, declaró la cubana. “¿Qué hacemos con las escuelas?”, se preguntó seguidamente. Recién llegada de La Habana, sugirió algunas medidas para paliar los problemas de seguridad en las escuelas. Instalar detectores de metales en los colegios, por ejemplo. En algún momento de la intervención dijo: “Envié a mi hijo a estudiar (aquí)”.
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