9/11: Paisaje después de la batalla
Jorge Ferrer - 06/09/11Categoría: Memoria

A una semana del décimo aniversario de los atentados del 11 de septiembre de 2001, dos fotografías tomadas aquel día que están entre las que prefiero.
La primera, de Thomas Hoepker para la agencia Magnum, fue súbito click en Williamsburg «secuestrado» por el fotógrafo, temeroso del debate que podía generar esa imagen bucólica con la tragedia de fondo. No fue hasta el quinto aniversario del 9/11 que Hoepker se decidió a publicarla. Y aun a lustro de distancia del episodio que dio comienzo al siglo, provocó encendido debate.
Debate en el que me posiciono del lado de sus valedores, porque creo que es la más neoyorquina de las escenas recogidas aquel día por una cámara fotográfica. Don DeLillo y LaChapelle son algunos de los mimbres que tejieron ese cuadro.
La segunda, esta espléndida fotografía de Susan Ogrocki para Reuters. Es el desastre medido en hojas de Excel. La estupefacción de los mercados y la tenacidad de los contables. Rabiosamente neoyorquina también. Es el paisaje después de la batalla, donde un atónito superviviente sabe que debe proseguir su propia lucha, que es otra. Un samurai envuelto en cenizas.
Ambas, y otras, en Iconic Photos.
Si, magníficas fotos.
El horror.
El mundo sigue girando. Tiene que ser así.
A lo mejor estaban discutiendo donde estaba la mas cercana estacion de reclutamiento de el ejercito….pero lo dudo porque a esa hora de la man~ana y fuera de el trabajo con su bicicletas lo mas problable serian futuros Obama moochers que estarian felices con la bayoneta musulmana enterrada en el cul,.
Están perdidos, estos dos chamas son jinetros tratando de ligar una Yuma para brincar el charco, si la policía los pesca, le piden el calne.
La verdad estos chamas están mirando en vivo, los demás en la TV, lo mismo.
Estas fotos muestran dos realidades:
Los que creen que nada los afecta y a los que creen nada los puede afectar aun más.
Vaya, algo así como el now y el after de reflectometro.
Espléndidas fotos. Recuerdo el debate sobre la primera, un auténtico cuadro, un tableaux vivant. los jóvenes se justificaron. innecesario, NY es siempre insólito y todas las novedades se debaten. Reunirse para preguntarse y explicarse algo.
La segunda la recuerdo vagamente: el trabajo y la catástrofe.
Qué traumatizados están todavía.
Viví ese día precisamente desde el mismo ángulo donde están esos jóvenes. Una imagen no lo dice todo, simplemente nos hace interpretarla a nuestra manera.
Una tormenta en un vaso de agua, interpretación festinada y oportunista basada en el fragmento de segundo que toma captar una foto. Resultado, como dice María Benjumea, del trauma que todavía cargamos todos los que vivimos ese momento.
Me imagino al Reflectometro Incontinente como un tipo del tamaño de Shaquille Oneal…solo asi se explicaria que un cuerpo pudiera contener tanta mierda,higado y bofe.Sus escritos aqui son una valvula de escape para soltar el exceso de materia.