Fiesta de disfraces en Punto Cero

- 28/08/14
Categoría: Agua corriente, Castro & Family
Imprimir Imprimir


¡Ah, deliciosa esta fotografía de Fidel Castro con el niño que jura idolatrarlo! Otro niño, que ya eliancito (se nos) creció. Otro pequeño idólatra a los pies del gran ególatra.

Este de ahora, este Marlon Méndez, es una figura muy superior a eliancito en la Commedia dell’arte cubana: ¡Este es un imitador! ¡Un pequeño travesti!

Alguien dio con este niño que tiene en su casa iconostasio con un Fidel recortado a la manera de las cuquitas y se dijo que a la oportunidad la pintan calva. Cabe imaginar las largas horas de pesquisas en torno al niño y sus ancestros hasta, más o menos, los vecinos de Silvestre de Balboa. La DSE rebuscando hasta en el blúmer de su abuela. Asegurándose de que no hubieran gusanos en el perímetro del elástico de la, seguramente ajada, pieza de ropa interior. Buscando en ella con lupa cualquier traza del ¡Ño, que barato!, el arma secreta del ejército rebelde de Hialeah.

Limpios todos, se procedió a invitarlos a Punto Cero. A despecho de Dalia, que desprecia tanto a los cubanos del montón, a todos los cubanos, como Marco Rubio.

Y el resultado es esta fotografía espléndida, entre otras de menor enjundia. ¡Mírenla bien! ¡Admírenla en todo su cándido esplendor!

¡La eternidad de la revolución expuesta en torno a las rueditas que sostienen al dictador! (Ya me ocupé antes de esta cosa rodada.) LQQD porque Un niño bobo regalaba al zombie de Punto Cero el Taj Mahal del continuismo. Eterna la revolución, porque reencarnada en pionerito groupie.

Un niño travestido en Comandante, estrellita en la gorra y un «¡Pa’lo’que’sea’fidel’pa’lo’que’sea!» –el niño que no conoció Birán pero sí los miles de actos «matutinos» en todos los colegios de la Cuba revolucionada–, y un Comandante travestido a su vez en atleta retirado.

Ay, si al final a Fidel se lo deberemos todo. La última excepcionalidad, la miseria, el hambre, el exilio. ¡Y ahora también, y por fin, la risa de esta fiesta de disfraces!

En esa Cuba que sigue derrotero incierto donde dirá este Marloncito, los pies firmes, el gesto adusto/adulto: «¡Pioneros por el comunismo, ¿seremos como el qué?!»

© www.eltonodelavoz.com

(Tal vez) El último retrato de Fidel Castro

- 09/01/14
Categoría: Agua corriente, Cambios en Cuba, Castro & Family
Imprimir Imprimir


Sven Creutzmann (1962), autor de las fotografías de Fidel Castro que han circulado hoy, lleva largos años viviendo en Cuba y fotografiando la isla. Con notable acierto las más de las veces.

A Castro lo ha fotografiado en numerosas ocasiones, algunas más solemnes que otras, y es autor de una foto célebre y muy reproducida del dictador.

Pero ayer los dioses quisieron hacerle un regalo mayúsculo al bueno de Creutzmann, premiarlo por su constancia tras el lente y su fervor por los trópicos. Así, le concedieron la suerte de tomar el que tal vez acabe siendo el último retrato «político» de Fidel Castro.

Despojado por una vez de los espantosos trajes deportivos con que se ha dejado fotografiar invariablemente desde 2006, anoche Fidel se asomó al lente de Creutzmann con un atuendo todo lo casual, bufanda de color verde incluida, que se puede permitir un anciano que está tan próximo a su final que parece volver por un instante desde el fondo de la tumba.

No estamos ante una mera fotografía, como las que han ido apareciendo estos años o las otras que tomó Creutzmann en el laboratorio del artista Kcho.  Basta observarla para percatarse de que el retratado es consciente de la magnitud de ese retrato y mira fijamente al lente, posa para él. Esta vez no va acompañado por algún visitante extranjero, ni pone esos rostros amables de quien busca dar fe de vida y buena salud. Anoche fue él solo ante y para la cámara que recogió el rostro que quiso mostrarle, donde quiso mostrarlo.

Construyendo su biografía y su iconografía hasta encargarse de lo prepóstumo, veremos alguna vez este, su último retrato, como el del viejo Castro visitando a un artista mientras se despedía de la vida. Formará parte de una secuencia: una foto épica en la Sierra Maestra -aquella del maestro Meneses donde se lo ve meditando entre los helechos, por ejemplo-, un puñado de fotografías subido a la tribuna de la Plaza de la Revolución, seguro que alguna de espaldas con el mar de gente vitoreándolo delante y, finalmente, esta, ya retirado  del poder muchos años antes, con ese aire de hombre “común nada común”, convertido en un amante de las artes reverenciado por los jóvenes artistas.

¡Ah, qué historias teje Clío, cuando se la provee de los mimbres necesarios!

 

La fotografía es de Sven Creutzmann y la distribuye Getty Images.

© www.eltonodelavoz.com

Otra definición del castrismo: “la babita bordada”

- 15/09/13
Categoría: Agua corriente, Castro & Family
Imprimir Imprimir


Cristina Fernández de Kirchner acaba de mostrar en su cuenta en Twitter los regalos que Fidel y Dalia Soto del Valle enviaron a su nieto.

Estos gatunos esperpentos acompañados de, dice ella, “duende”:

Ay, si solo fuera que estos miserables viven en y por la mentira. ¡Hasta eso podría alguien perdonarles al final del día! Pero su mal gusto, su propensión al kitsch, su desprecio por la belleza, ¡eso no! ¡Eso jamás!

Aun si, y démosle ese crédito a Cristina, cuando esta asegura que le “encantó la babita bordada” llegada desde La Habana resume impecable, luminosamente, y en pizca de tweet, el más de medio siglo de oratoria de Fidel Castro, hijo de Lina.

© www.eltonodelavoz.com