Jorge Ferrer - 17/12/10
Categoría: Cambios en Cuba, Oposición, Wikileaks | Etiquetas: Agua corriente
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Los cables filtrados por Wikileaks y publicados en la noche del jueves por el diario El País muestran que los funcionarios norteamericanos no creen en la oposición cubana, conocen muy bien las divisiones internas que la fragmentan, son conscientes del ansia de cada facción por conseguir más dinero y así «opacar» a las otras, saben del divorcio del discurso opositor y la opinión pública cubana, etc., etc.
Muestran lo que sabe cualquiera que atienda a los avatares de casi —subrayo: casi— todos esos pocos que han elegido el duro camino de la «disidencia» a un régimen totalitario, ya sea por convicción o por interés. Metidos en harina, acaban enharinados por la DSE, por la presión familiar que les pide visas y salto a Miami, por los tejemanejes de quienes se lucran con ellos desde el exilio o por las dentelladas de quienes compiten por el favor de los donantes. Las más de las veces también por sus propias miserias, de las que nadie está exento y el hostigamiento de la policía castrista exacerban.
Que a Martha Beatriz Roque la llamen entre ellos «La Bruta», que de Elizardo Sánchez todos tengan la certeza de que colabora con la DSE, que Vladimiro o Payá terminaran siendo caricaturas de sí mismos, que cada vez que nos inventamos un «Mandela cubano» acabemos pifiándola, que la unidad de las Damas de Blanco sea una entelequia vendida a tontos…: todo eso lo saben los diplomáticos norteamericanos, ¡y todos los demás!, en La Habana. Para rizar el rizo hace unos días dos disidentes se pelearon a puñetazos a las afueras de la Oficina de Intereses y ahora muchos buzones de correo —el mío entre ellos— van recibiendo los trapos sucios, jaba a jaba. En ellos la pugna por CUC más o CUC menos es una dolorosa constante.
Eso será lo malo para algunos.
Para otros lo bueno será que aun reconociendo todo eso los diplomáticos norteamericanos terminen cada descripción de las lacras de esa oposición con invariables «los seguiremos apoyando».
Si nos aplicáramos aquello de que cada pueblo tiene no solo el gobierno que merece sino también la disidencia que merece, habremos de concluir que con los sucesivos gobiernos de los Estados Unidos hemos ganado aliado que no merecemos.
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Jorge Ferrer - 16/12/10
Categoría: Cambios en Cuba, Castro & Family, Wikileaks | Etiquetas: Agua corriente
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Mucho wikigoteo hoy sobre Cuba en El País. Como hasta ahora, más ruido que nueces —o mamoncillos, ya que hablamos de la Siempre Fiel.
De entre todo lo que verán en El País —llamado hoy «pro-fascista» por Fidel Castro— lo que más me ha interesado es la búsqueda (presunta búsqueda: Wikileaks es el continente de lo siempre presunto) por parte de Raúl Castro de una vía directa hacia Barack Obama.
China (cubana) y mulato (yuma) contándose sus cositas, por decirlo así.
Lo vemos en el 240644, que glosa reunión de Hillary Clinton con Miguel Ángel Moratinos el 14/12/2009:
During Moratinos, October trip to Cuba, he said, Raul Castro confessed his desire to establish a “secret channel of communication” to the White House.
Ya antes, el 05/12/2009 y según el cable 238314, los españoles habían transmitido el (presunto) mensaje de Raúl Castro. Lo hizo el embajador Manuel Cacho a la Oficina de Intereses en La Habana. Así lo recoge el cable:
The Spanish Ambassador said that Moratinos also is likely to raise Cuba’s interest, as reportedly expressed to him by Raul Castro, for a “political channel” to the USG, particularly to the White House.
A mi juicio, la cuestión es, año más tarde, si ese secreto canal ya existe.
Si ya los caballos practican el arte de los susurros.
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Jorge Ferrer - 10/12/10
Categoría: Cambios en Cuba, Transición, Wikileaks | Etiquetas: Agua corriente, Wikileaks
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Los despachos publicados por Wikileaks van dejando caer perla tras perla sobre el pañuelo de la Internet.
Hay poca materia gruesa, en el sentido de noticias que sobrecojan por su novedad o su capacidad de subvertir la vida política internacional, pero sí infinidad de pequeños detalles que agradezco como lector. Lo de Batman y Robin en Moscú, por ejemplo. La impecable descripción de algunos políticos españoles, otra.
Y hay, digo, muchos pequeños detalles que son la argamasa sobre la que se erige la buena literatura, también la diplomática desde el s. XVIII, al menos. Un capítulo, por cierto, en el que los diplomáticos norteamericanos aprueban con algo más que un notable: son buenos redactores y trabajan… como chinos.
De chinos precisamente trae una de esas perlas mayúsculas el cable publicado hoy, el identificado como 248021 y emitido por la Oficina de Intereses de los Estados Unidos en La Habana. Léanlo íntegro que no tiene desperdicio y parece un chiste de esos de «Van un americano, un francés, un español y un chino…» Trae también, cómo no, la correspondiente letanía de que el régimen se acaba mañana. La misma que se podrá leer en todos los cables salidos de la SINA a lo largo de medio siglo, pero ya les digo: son los pequeños detalles los que hacen memorables estos leaks. (Algo que vale también para la historia sexual de Assange que en clave cubana se archivaría en la carpeta etiquetada como «Mami, te juro que es la puntica na’má»)
Y bien, el chino. ¿Cuánto no hemos hablado sobre Cuba y el modelo chino? Barriles de tinta dedicados al asunto, ¿no es cierto?
Pues léase, léase, lo que dice el chino a sus interlocutores:
«The Chinese complained that the GOC’s insistence on keeping majority control of all joint ventures makes no sense. “No matter whether a foreign business invests $10 million or $100 million, the GOC’s investment will always add up to 51%,” China’s commercial counselor said in visible exasperation. He noted a joint venture to produce high-yield rice that produced a good first harvest but was not sustainable at the GOC-mandated prices.»
¡Exasperado el chino, oigan!
Y aún falta la perla.
«Any discussions around Chinese-style reforms, particularly regarding foreign investment, have been difficult and “a real headache” according to the Chinese.»
«Un veldadelo dolol de cabeza», que sería en chino-cubano.
No sé a ustedes, pero a mí esa frase me tendrá riendo un buen rato.
Y dígase lo que se diga de Wikileaks, aquí acaba de mostrar su utilidad para, al menos, un desesperado funcionario chino. Pekín enviará mañana una cajita de aspirinas a su atribulado vendedor de modelo que no compra el gobierno dirigido por, ¡fíjate tú qué cosa!, quienes los cubanos apodan «La china».
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